de mis humillaciones y fracasos...
(…) aquí mis pasos
urden su incalculable laberinto.
(…) No nos une el amor sino el espanto
será por eso que la quiero tanto.”(*)
En estas palabras de Jorge Luis Borges y en una poética discordante de sensaciones antagónicas, se inscribe la búsqueda estética de María Belén.
Sus paisajes urbanos desiertos, insinúan -como en una improvisación jazzera- , los contrastes disonantes del hambre y la opulencia, los ritmos alocados de la indiferencia y el caos alienante de las grandes urbes.
En su mirada, la ciudad es una gran Caja de Pandora abierta al latido voraz de la cotidianeidad.
Cecilia Cánepa, 2011
MUMART
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